Sagrado bosque de monstruos

(2018)

No hubo en el origen un texto, sino que lo que hubo fue un espacio en el que el espectáculo se desarrollaría y una enorme cantidad de libros: una serie de lecturas diversas, un monstruo construido por diversas fuentes y lecturas. Al principio lo que había era un cuerpo desmembrado en relación a la figura de Santa Teresa – figura con la que siempre tuve una suerte de distancia - a pesar de que ese tipo de personajes, como San Francisco de Asís o San Juan de la Cruz, siempre me atrajeron. Cuando Hugo Mujica se incorporó al proyecto nos enfrentó a algunas preguntas: ¿Por qué querer hacer algo alrededor de Santa Teresa? ¿Por qué elegir la figura de Santa Teresa? Una mística que en lugar de enfrentar el vacío llena sus visiones de todo tipo de personajes. Era eso, entonces, aquel rasgo de Teresa, su voluntad de comunicarlo todo, de decirlo todo, de justificarse, de volverse a nombrar lo que me distanciaba, en primera instancia, de ella. A diferencia de otras figuras de la mística que se entregan al vacío, Teresa llenaba el vacío con palabras. Teresa desbordada de palabras que le dicen Dios o Cristo. Teresa desbordada de lecturas, también. Teresa como lectora compulsiva. Teresa lee las novelas de caballería que enfermaron a Alonso Quijano y lo transformaron en el Quijote. Teresa, entonces, entra en la literatura mística habiendo sido lectora de todas aquellas ficciones. Teresa funda conventos como el Quijote pelea contra molinos de viento. Ahí, entonces, en ese cruce extraordinario entre la literatura y la vida encontré el espacio para poder crear este espectáculo. La obra como consecuencia de lo que se lee, la obra –la vida misma- construida por la literatura.
Alejandro Tantanian

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Fotos: © Departamento de Fotografía Teatro Nacional Argentino – Teatro Cervantes

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