No les pido que me tengan compasión, sólo que me comprendan – y ni siquiera eso - no. Sólo que me reconozcan a mí en ustedes, y a nuestro enemigo, el tiempo, en todos nosotros.
Tennessee Williams, Dulce pájaro de juventud,
Acto III
Dulce pájaro de juventud es un clásico indiscutido pero secreto de ese gigante que fue Tennessee Williams. Su destino parece haber sido estar a la sombra de “El zoo de cristal” o de “Un tranvía llamado deseo”, pero cuando uno se acerca a este texto, cuando se sumerge en él, no puede sino enfrentarse al abismo y al horror: frente a nuestros ojos se despliega la violencia que ejerce el poder sobre nuestros cuerpos y nuestros sueños y, por sobre esas violencias, la fuerza horadante del tiempo que todo lo devora. “El tiempo, nuestro enemigo” - supo nombrar Tennessee a esta obra cuando comenzó a bocetarla.
En este presente donde los líderes del mundo repiten los horrores del pasado, Dulce pájaro de juventud arroja luz sobre estos peligros; viene a contarnos una vez más la historia de un hombre: Chance Wayne (cómo no admirar en Tennessee Williams ese espíritu de transformar su teatro en autos sacramentales, cuando el protagonista de esta obra se llama Chance = oportunidad, azar, posibilidad) quien, a pesar de los golpes del destino, sigue persiguiendo su sueño enfrentándose al horror del mundo con las herramientas que le pertenecen: las que nos definen como humanos.
Dulce pájaro de juventud despierta, pese a su carácter trágico, una profunda fe en la humanidad, fe que pareciera estar disolviéndose en la tecnocracia, los regímenes totalitarios y la falta de espiritualidad.
Esta obra vuelve a sumergirnos en el misterio, en la maravilla plena de sabernos humanos.
Y así abrazar, una vez más, esto que somos.
Este maravilloso elenco, las direcciones y el personal de la Comedia Nacional y el Teatro Solís, Oria Puppo y yo queremos entregarles la felicidad que es esta obra, la dicha de que un autor como Tennessee nos siga acompañando.
Bienvenidos a la fiesta.
Dulce pájaro de juventud
Traducción: Alejandro Tantanian
Versión:Oria Puppo, Alejandro Tantanian